En el circuito tres de Carabobo
Por: Marcos Melendez
“Hay personas tan pobres, que solamente tienen dinero” no sé de quién es este adagio, pero le calza como anillo al dedo a este personaje sombrío y distante del pueblo. A penas ayer vi una camioneta con una valla luminosa de esas que llaman “publicidad rodante”, en ella había un grupo de muchachos, muy jóvenes repartiendo volantes de este candidato, gente que ni siquiera vive en el circuito tres, gente que, en aras de ganarse una platica, se dan unas vueltas repartiendo volantes de un candidato que nunca han visto: Michelle Cocchiola. Ya su nombre dice ampliamente su origen que al principio, intentó esconder presentándose como Miguel, para criollizarse, pero cuando su nombre real “Michelle” aparecía en el tarjetón electoral, la gente pensaba que se trataba de dos candidatos distintos; uno europeo y uno criollo. El europeo Michelle (con el respeto que merecen los hispano- venezolanos que trabajan) es un burgués parasitario, dueño de una empresa maderera, organización que además de propiciar fuertes impactos ambientales, tiene un amplio prontuario de culebras pendientes con la inspectoría del trabajo y con el SENIAT, en diferentes momentos de la historia. Hoy en día asegura que esa empresa no es suya, con el fin de tratar de hacer creer que en algún momento de su hipotética vida como diputado, va a defender el derecho de un trabajador por encima del interés mercantil de un empresario, pues gracias a un ardid jurídico, la empresa es “de sus hijos” que la administran hoy en día.
“Hay personas tan pobres, que solamente tienen dinero” no sé de quién es este adagio, pero le calza como anillo al dedo a este personaje sombrío y distante del pueblo. A penas ayer vi una camioneta con una valla luminosa de esas que llaman “publicidad rodante”, en ella había un grupo de muchachos, muy jóvenes repartiendo volantes de este candidato, gente que ni siquiera vive en el circuito tres, gente que, en aras de ganarse una platica, se dan unas vueltas repartiendo volantes de un candidato que nunca han visto: Michelle Cocchiola. Ya su nombre dice ampliamente su origen que al principio, intentó esconder presentándose como Miguel, para criollizarse, pero cuando su nombre real “Michelle” aparecía en el tarjetón electoral, la gente pensaba que se trataba de dos candidatos distintos; uno europeo y uno criollo. El europeo Michelle (con el respeto que merecen los hispano- venezolanos que trabajan) es un burgués parasitario, dueño de una empresa maderera, organización que además de propiciar fuertes impactos ambientales, tiene un amplio prontuario de culebras pendientes con la inspectoría del trabajo y con el SENIAT, en diferentes momentos de la historia. Hoy en día asegura que esa empresa no es suya, con el fin de tratar de hacer creer que en algún momento de su hipotética vida como diputado, va a defender el derecho de un trabajador por encima del interés mercantil de un empresario, pues gracias a un ardid jurídico, la empresa es “de sus hijos” que la administran hoy en día.
Para ganar las internas de la mesa de los cuchillos largos, tuvo que enfrentarse al famoso “conde de la cabrera” su excelencia el señor don doctor Henrique Fernando Salas Rômer Feo La Cruz quien hoy ostenta el cargo de gobernador y primera dama de Carabobo. En ese enfrentamiento, el billetazo fue de tal magnitud, que rodeó a Salas comprando casi todas las tarjetas escuálidas de la mesa para que lo postularan y al conde de la cabrera no le quedó otra que apoyarlo a regañadientes. Luego de esto sus mismos compañeros (porque no lo quieren ni en su casa) después de cobrarle por la tarjeta, lo denunciaron ante el CNE porque siendo extranjero como era, no podía postularse a diputado, a lo cual le salió al paso renunciando a su nacionalidad italiana y dejando colgando de la brocha a todos sus paisanos que vieron eso como un agravio al gentilicio de tantos italianos trabajadores que habitan en la región, entonces se convirtió en venezolano bolivariano, pero no porque milite con la ideología de Bolívar, sino por los bolívares que ha invertido para imponerse como candidato en el circuito tres de Carabobo.
Ya iniciada la campaña y habiendo gastado una buena Boloña, se trajo de refuerzo a Enzo Scarano, alias el siciliano, que si bien no ha renunciado a su nacionalidad italiana, si renunció al sentido de la decencia, porque vive lanzándole la policía de San Diego a nuestra candidata en ese circuito electoral LAURA FRANCO y hasta le mandó unos camiones con escombros a la sede del comando para que vaciaran en toda la puerta. También le exigió a Ramos Allup que incluyera en el paquete de venta de la tarjeta de AD lo que llaman los vendedores un “servicio técnico” que incluye venir a las radioemisoras carabobeñas a hablar en nombre de Michelle, ya que este tiene serios problemas con el dominio del español.
Así pues entre el confort de hacer campaña a realzaos y el desprecio por su patria de origen, se debate este personaje que recordaremos, como EL CANDIDATO DE LA VERGÜENZA.
